¿Y si el marketing es engañoso?

Una minifalda chiquita chiquita, un biscocho rebosante de chocolate, una hamburguesa más grande en foto que en la realidad, una frase exagerada, fuera de dimensiones, imágenes vibrantes de color, etc.

Los anteriores son algunos ejemplos de recursos que han sido utilizados por las empresas para ganar mercado de una forma cuestionable.

El marketing y la publicidad son elementos esenciales de casi todos los negocios. Son las que ayudan a que las personas:

  • Nos presten su atención.
  • Entiendan que beneficios les ofrecemos.
  • Sepan dónde comprar.

¿Pero, cómo es cuando la comunicación rebasa esa línea casi invisible de lo que es verdad o es posible y se convierte en una mentira?

  • Cuando el suplemento no da esos beneficios a la salud que dice su publicidad.
  • Cuando la edecán con su mini vestido me llevó a comprar un smartphone y un plan a sobreprecio que me tendrá atado por dos años.
  • Cuando las porciones reales en el restaurante no son del mismo tamaño como las anunciadas.
  • Cuando no se informa claramente los riesgos a la salud que tienes las bebidas energizantes.
  • Cuando el banco en medias verdades conjura trampas incomprensibles.

Es cierto que los elementos de comunicación deben potenciar los mensajes.

Pero en nuestro criterio, los mejores procesos de marketing o publicidad son algo así como lo que la sal, la pimienta y el fuego son a un buen corte de carne.

Es realzar sus cualidades. Equilibrar todos los elementos para obtener el mejor resultado.

¿Por qué que sucede si se sala un buen corte? ¿O se excede en el fuego?. Todo se echa a perder.

En los negocios la pesadilla sería cuando la gente comienza a darse cuenta de la verdad.

Cuando los comentarios negativos sobre la marca entre personas y en las redes se vuelven imparables.

Cuando se reducen y reducen las ventas, sin parar.

Cassie Riley en su artículo “20 ejemplos de publicidad no ética 2022” comienza con una sentencia clara: Hay un mundo de diferencia entre hablar bien de tu producto o servicio y ser engañoso u ofensivo.

Y en esta sentencia guarda un mundo de razón.

Cierto tipo de empresarios y publicistas tienden a usar malas prácticas en marketing y publicidad para impulsar sus ventas, penetrar un mercado y alcanzar los resultados de negocios que pretenden.

Y lo pueden lograr.

Pero el costo puede reflejarse en sus propios consumidores:

  • En su salud, porque los alimentos contienen un exceso de azúcar, sal o grasas trans.
  • En su vida cotidiana, porque el producto que compraron como mágico y durable se rompió o dejó de funcionar a los pocos días.
  • En su transporte, cuando el vehículo comenzó a dar problemas mecánicos que engañosamente no son cubiertos por las pólizas de garantía.

Los ejemplos pueden ser innumerables.

¿Y qué puede pasar después de que un grupo de consumidores se da cuenta de la mentira?, se pasa la voz, se publica la queja en las redes: la marca se viene abajo.

Y nos podemos acordar de las mentiras de Volkswagen y sus catalizadores, los precios de Uber que se elevan en ciertas circunstancias, McDonald’s al reducir sus porciones, no iguales a las imágenes de los anuncios.

¿Qué posiblemente tuvieron una ventaja al haber mentido?, es posible. ¿Pero cuál fue el costo cuando fueron descubiertos?

  • Perder mercado
  • Perder dinero
  • Cerrar…

El mejor marketing que tiende puentes confiables y fluidos entre empresas y consumidores.

En nuestro criterio es más rentable a largo plazo:

  • Ofrecer productos o servicios de alta calidad
  • Enriquecer el criterio del consumidor a través de información útil
  • Ser fácil de encontrar
  • Publicitar sin agobiar
  • Atender y guiar a la gente de manera amable y veraz

Por: Víctor Raúl Ordóñez

Consultor de Brand Marketing.

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